Las áreas urbanas en general presentan altos déficits de áreas verdes, zonas recreativas y espacios públicos. Según recomendaciones
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) las ciudades deben garantizar como mínimo entre 10 y 15 m2 de área verde por habitante,
distribuidos equitativamente en relación a la densidad de la población. En adición a los beneficios de los espacios verdes como
elementos mitigadores de contaminación ambiental y por tanto, agentes en la mejora de la salud de la población, los espacios públicos
en general representan puntos de encuentro y ejes estructuradores de las ciudades que permiten la afirmación plena de la ciudadanía
y el incremento de la calidad de vida de la población.
El incremento poblacional y crecimiento acelerado y sin planificación de la ciudad ha favorecido el acrecentamiento del déficit de
espacios públicos adecuados y suficientes para la recreación y ejercicio de ciudadanía de la población limeña. En este contexto, los
Parques Zonales adquieren particular relevancia, no sólo por su capacidad de ofrecer áreas verdes de gran magnitud sino por la oferta
y demanda de espacios públicos masivos para el desarrollo de actividades familiares, deportivas y de recreación, accesibles y con
adecuada infraestructura, que éstos ofrecen a la población. La demanda de dichos parques se encuentra respaldada por los más de 9
millones de visitantes que cada parque recibe cada año.
En esta línea, la problemática que presenta la ciudad de Lima se caracteriza por los siguientes aspectos: